domingo, 20 de junio de 2010

Del diagnóstico a la intervención

Olla común después del sismo de Ica, 2007
Recuerdo mucho mis primeras incursiones en la psicología social. No fueron incursiones académicas, sino más bien intervenciones en campo. Creo que esto merece una reflexión: el acercamiento a la psicología social comunitaria, en mi caso, fue experiencial y afectivo. Luego vinieron las lecturas, la sistematización de conocimientos. Creo que todavía ando en este segundo proceso. Dicho sea de paso, la literatura especializada en la materia, aunque se ha incrementado últimamente, siempre ha sido escasa y "rebuscada".

Corría el año 2002 e ingresé a formar parte de un equipo de promototres sociales que debía encargarse de la implementación de un programa de resocialización de jóvenes en una zona urbano marginal de la Ciudad de Lima: la Margen Izquierda del Río Rímac. El trabajo era dirigido por la Municipalidad de Lima. Recuerdo que el equipo lo conformaba un promotor social (ex-pandillero), una comunicadora, un educador y un psicólogo, yo.  Para arrancar nuestra intervención debía realizarse un diagnóstico situacional para conocer el estado del problema en el territorio que íbamos a intervenir.